sábado, 12 de marzo de 2011

Estudiar científicamente el sentido del humor permite analizar el perfil psicológico de las personas, según una investigación pionera

¿Se puede medir de manera científica el sentido del humor de una persona? ¿Existe un chiste universalmente bueno o malo, que haga reír a todo aquel que lo escuche, independientemente de su sexo, situación o nivel cultural? A éstas y otras preguntas ha dado respuesta la tesis doctoral “Sentido del Humor: construcción de la Escala de Apreciación del Humor (EAHU)”, realizada por Hugo Carretero Dios, investigador del Departamento de Psicología Social y Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Granada.

Su trabajo, dirigido por los profesores Cristino Pérez Meléndez y Gualberto Buela Casal, ha supuesto el primer intento en España realizado desde la Psicología por medir los gustos humorísticos de las personas, y analizar con qué variables psicológicas se relacionan dichos gustos. Para ello, Carretero evaluó a más de 1.500 personas, con edades comprendidas entre los 18 y 80 años, y con un número similar de hombres y mujeres.

Su estudio se centró en los siguientes tipos de humor: humor sexual, humor negro; humor donde se denigra al hombre, humor donde se denigra a la mujer, humor simple y humor complejo. La investigación ha facilitado el primer instrumento de evaluación avalado científicamente en España para evaluar la Apreciación del Humor, además de haber supuesto la mejora de otros instrumentos existentes fuera de nuestras fronteras.

Cambio generacional

Carretero ha observado un cambio generacional en las preferencias de las mujeres por distintos tipos de humor, “lo que pondría de manifiesto un cambio de valores o del papel de esas mujeres en la sociedad”. En concreto, y para personas de más de 45-50 años, “se observó que tanto los hombres como las mujeres se reían más con los chistes donde se denigraba a la mujer frente a aquellos en los que se denigraba al hombre”. Igualmente, las mujeres y los hombres muestran un mayor rechazo por los chistes donde el hombre es el denigrado y no la mujer.

Sin embargo, en los participantes con edades entre los 18 y los 25 aproximadamente, esa tendencia es contraria, y los hombres y mujeres muestran respuestas opuestas. Los hombres se ríen más de los chistes donde la mujer es denigrada y rechazan más los chistes donde el hombre es denigrado. Por el contrario, la mujer se ríe más de los chistes donde se denigra al hombre, y rechaza más aquellos donde la mujer es la denigrada. De hecho, esta tendencia es mucho más patente en mujeres.

¿Pondrían de manifiesto estos datos un cambio de valores educativos, o incluso un nuevo patrón en los roles que desempeña la mujer? Carretero cree que “el humor sirve para estudiar los valores predominantes de una sociedad concreta, y se trata de un instrumento poderoso para mostrar las tendencias culturales (creencias, actitudes, etc.)”. Basta recordar, apunta, el conflicto creado el pasado año a raíz de las caricaturas de Mahoma publicadas en una revista danesa, en las que “el humor chocaba con religión”.

El humor universal no existe

Otra de las conclusiones del estudio de Carretero es que los diferentes perfiles de personalidad de los individuos sirven para diferenciar preferencias humorísticas determinadas. “De este modo, no existiría un chiste ‘universalmente’ bueno o malo, sino que el humor también es cuestión de la persona que lo recibe”, dice el investigador granadino.

Lejos de los que cabría esperar, el estado de ánimo momentáneo por el que atraviesa una persona concreta que ha podido presenciar una situación humorística, chiste, etc., “no es un predictor de su juicio sobre si dicha situación es graciosa o no”. El juicio sobre lo que nos divierte “es más una cuestión intelectual o estética, estando la emoción o estado de ánimo más vinculada a componentes fisiológicos y conductuales del sentido del humor (respuesta de risa), que al juicio de lo que consideramos gracioso o no”.

Humor en hospitales

Hugo Carretero es, además, presidente de la Asociación Cultural “Titiritas: Humor y Salud” (www.titiritas.org), que trabaja en los hospitales, y cuyo objetivo es “llevar el humor a dichos centros para humanizar este contexto, y ver la influencia de ese humor en parámetros diversos”. Esta asociación ha recibido la bandera de Andalucía por Granada a la asociación joven sin ánimo de lucro, y recibe financiación del Área de Cultura del Instituto Andaluz de la Juventud de la Junta de Andalucía. Recientemente han participado en un estudio dirigido a evaluar el impacto del humor sobre las conductas de pacientes psiquiátricos ingresados en una unidad de agudos. Este trabajo ha sido seleccionado por la asociación americana humorlab dentro de las cuatro investigaciones más importantes del mundo sobre el sentido del humor desarrolladas durante 2006.


- El trabajo realizado en la UGR supone el primer intento en España realizado desde la Psicología de medir los gustos humorísticos de la sociedad y analizar las variables psicológicas con las que se relacionan

- Su autor evaluó a más de 1.500 sujetos, con edades comprendidas entre los 18 y 80 años, y con un número similar de hombres y mujeres

- La investigación refleja que no existe un chiste ‘universalmente’ bueno o malo, y apunta que las mujeres han cambiado sus preferencias humorísticas.

Los resultados de la tesis de este profesor de la UGR han sido expuestos recientemente en la International Humor Conference, auspiciada y organizada por la asociación científica más importante del mundo sobre sentido del humor (International Society of Humor Studies), y publicados en revistas tan importantes como Internacional Journal of Humor Research (la revista científica más importante del mundo sobre el estudio del sentido del humor), Psicothema, o Análisis y Modificación de Conducta

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